EN SU FRASE:
La complacencia que determina los juicios del gusto es ajena a todo interés. Llamamos interés a la complacencia que lleva aparejada para nosotros la representación de la existencia de un objeto.
Significa que el hombre tiene representaciones en la mente y por otro lado que la complacencia es ajena a esta (ajena a todo interés) y pertenece al objeto. Es el dualismo en pasta entre sensibilidad y conocimiento.
El conocimiento es en Kant, la adecuación de datos procesados con la razón y el pensamiento con las verdades universales.
La complacencia es la actitud de los sentidos frente al objeto, es aquí el desinterés y la imparcialidad que permite al hombre complacerse en lo bello sin concepto.
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